Patricia Ramírez

psicóloga

Patricia Ramírez

Licenciada en Psicología, Máster en Psicología Clínica y de la Salud y Doctorado en el Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada. Desde 1995 dirige el Centro de Psicología Clínica y Neuropsicología Ramirezcaracuel (Granada).

Codirectora del Máster de Psicología y Coaching Deportivo de la UCAM (Universidad Católica de Murcia). Ha sido psicóloga deportiva del Real Betis Balompié, del R.C.D. Mallorca, del C.B. Granada y del Club Balonmano de Antequera, además de trabajar con deportistas nacionales e internacionales de primera línea.

Autora de varios libros (“Entrénate para la vida”, “Autoayúdate”, etc.), colabora habitualmente con multitud de medios de comunicación (TVE, El País, Marca o Sport, entre otros).

El Ser Creativo

Todas las personas tenemos ideas con las que nos identificamos, por las que estamos dispuestos a invertir nuestra energía y asumir riesgos. Aprendemos mejor desarrollando ideas propias que ajenas porque estamos comprometidos con ellas de partida.

Empecé a imaginarme cómo quería ser a partir de los 15 años, cuando tomé la decisión de ser psicóloga. Mi creatividad siempre iba ligada al deporte y fantaseaba con ser gimnasta deportiva, lo que más me gustaba hacer. En el colegio tuve la fortuna de conocer a María José, profesora de Filosofía: una persona dulce, amable y empática. Gracias a ella, mi pigmalión, encontré mi vocación. Yo sólo pensaba en que quería ser como ella, psicóloga.

Desde ese momento encaminé todo hacia esa decisión. Nunca pensé que iba a ser psicóloga del deporte, yo quería ser psicóloga clínica y ver gente con ansiedad, pacientes depresivos, etc. Tuve la suerte de que mis padres tan sólo querían que fuese feliz con lo que hiciera, por lo que siempre he podido elegir.

Otro momento clave en mi vida se dio en la universidad: un profesor con el que tenía una relación de “amor-odio”, me propuso como sujeto para analizar unas pruebas de inteligencia y el resultado fue muy alto. Esto supuso un importante punto de inflexión en mi formación. A partir de ese momento empecé a creer más en mí, a hacer muchas más cosas, a leer más, a traducir… Científicamente, se había demostrado que yo tenía más capacidad de la que creía y empecé a potenciarme en todos los niveles. Ese momento me dio mucha confianza y fue clave en mi desarrollo. Parece mentira, pero mi segundo Pigmalión fueron dos test de inteligencia, el WAIS y el RAVEN.

El Ser Emprendedor

Aprendemos mejor si tomamos por nosotros mismos decisiones de riesgo para llevar nuestras ideas a la acción. El emprendimiento no es un campo de conocimiento, sino un rasgo de personalidad.

Siempre he sido muy autodidacta tratando de formarme de una manera muy práctica porque considero que en los cursos de formación reglada, o en los masters, la gente comparte su qué pero no comparte el cómo. Me harté de escuchar tanta parte teórica y me dediqué a leer la obra de psicólogos americanos.

Profesionalmente empecé con prácticas en el tercer curso de la carrera, asistiendo a cursos prácticos, viendo pacientes en consultas, procurando estar siempre en sitios donde pudiese aprender lo que es la profesión, no solamente la teoría. A mi no me gustaba ver las cosas desde la grada, yo quería estar en el terreno de juego.

He visitado a médicos, les he ofrecido tratamientos para sus pacientes: he visto a cardiólogos, digestivos, dermatólogos… Todos aquellos relacionados con temas psicosomáticos debido a la ansiedad. He estado siempre en contacto con gente con quien pudiese colaborar, no solamente con personal de psicología. En eso he sido muy creativa, una buscavidas desde el principio.

De esa forma, me dediqué a elaborar proyectos para todos los médicos que había en Granada: me sentaba en su consulta y les explicaba lo que yo creía que desde la psicología podía hacer con sus pacientes para ayudar a que sus tratamientos fuesen más efectivos. La gente no está dispuesta a sentir la frustración de que no le reciban, pero a mí me daba igual. Me escucharon unos cuantos con los que empecé a colaborar y con los que he mantenido una relación profesional durante estos últimos 20 años.

Tras esa fase de aprendizaje, y nada más finalizar la carrera y mientas cursaba un master y el doctorado, abrí mi propia consulta. Cuando tenía dudas de qué hacer con un paciente me buscaba el mejor psicólogo que hubiese en alguna ciudad cercana, me hacía pasar por paciente planteándole el caso que yo recibía y le pagaba la consulta. Yo con ese paciente no ganaba dinero, ganaba experiencia. Con algunas cosas no estaba de acuerdo y otras me abrían los ojos. Fue una gran experiencia de aprendizaje.

He tratado de dirigir mi vida hacia lo que me gusta y me hace crecer personal y profesionalmente: mantengo el contacto con gente de la universidad; pertenezco a un grupo de investigación de la Universidad de Granada; cuando acudo a un congreso como ponente me gusta escuchar a los otros y me gusta hablar con la gente a nivel particular –qué están haciendo, cómo lo están haciendo–; pertenezco a grupos de trabajo como en el Grupo de Psicólogos Generosos, en el que solamente compartimos conocimiento, ese tipo de información que nos puede nutrir a todos.

Siempre digo que aquél que es capaz de compartir su “cómo lo hace en el trabajo” confía en sí mismo. En cambio, el que sólo comparte el “qué hace en su trabajo” tiene miedo a que le copien. El que tiene un trabajo auténtico y se siente seguro de él mismo no le importa compartir el “cómo”.

El Ser Social

Aprendemos mejor si mostramos a los demás el resultado de nuestro proyecto, porque el feedback social a nuestra idea inicial refleja una información valiosísima para aprender y mejorar.

A raíz del impacto que mi trabajo ha tenido en las redes sociales ha habido mucha gente que ha querido contar conmigo y yo he querido contar con ellos. Y a partir de ahí, hemos creado nuevos grupos y sinergias de trabajo.

Recibo un constante feedback (“qué fácil es seguirte”, “qué útiles son tus consejos”, “qué motivado me siento cuando leo tus artículos”…) y eso me retroalimenta. Hay veces que no sé sobre qué tema escribir o reflexionar y es la propia gente la que me aporta ideas. Cuando tienes tantos seguidores, de alguna forma empiezas a influir en ellos, tienen curiosidad por saber por qué lo has conseguido y se genera una relación bidireccional.

El Ser Interior

Aprender a reflexionar y a leer en nuestro interior con autenticidad es el camino al autoconocimiento y al desarrollo personal.

La autonomía y las responsabilidad han sido claves para llegar a ser quien soy. He sido siempre una persona que no ha necesitado a nadie que me dijese lo que tenía que hacer. Supongo que es algo que me inculcaron en el colegio alemán, donde me enseñaron a pensar, a resolver cosas sola, a trabajar en equipo… Forjaron en mí una manera de ser de la que estoy muy agradecida. Mi seña de identidad es la disciplina, soy muy apasionada con lo que hago: como me gusta mucho, más que por voluntad, lo veo pasión.

Tengo la impresión de que he superado lo que esperaba. No tenía unas expectativas tan altas. Siempre había pensado que iba a tener una consulta de Psicología, pero no me imaginaba trabajando en los medios de comunicación, saliendo en televisión, escribiendo para diarios tan relevantes como El País.

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